lunes, 22 de noviembre de 2010

38 kms de puro enduro



El perfil lo dice todo, nos jartamos de subir y subir y bajar finalmente a "jierro"


Empezamos subiendo la cuesta del Reventón, con un frio humedo que pelaba, pero entramos en calor rapido con las primeras rampas de los chalets, que cada vez se empinaban más, hasta finalmente dejar el asfalto y empezar el camino, ciclable pero duro, con mucha piedra suelta y muchos obstaculos y pasos de piedras técnicos donde Ramón disfrutó de lo lindo, seguimos subiendo hasta que por fin salió el sol, el día pintaba muy bien




Una vez arriba fuimos a explorar el camino de las siete revueltas, que resultó ser un laberinto de senderos por el bosque muy bonitos, sin gota de barro pues pasa poca gente y estaba todo el suelo forrado de hojas y agujas de pino...ahora eso sí, curva a curva todo para arriba hasta que por fin! una bajada donde soltar un poco de adrenalina.



Seguimos y llegamos a la fuente del bejarano que estaba espectacular, y decidimos entonces la ruta a seguir desde aqui, tiramos hacia el Lagar de la Cruz (todo para arriba para variar pero ya por caminos anchos) donde entramos en calor en el bar y Ramón se tomó su café que le devolvió a la vida como me dijo. Allí estaban algunos lomeros con esos pedazo de bicis que gastan...que maquinas



Una vez repuestos seguimos por terreno rompepiernas (como toda la sierra) en direccion al 14%, donde nos pusimos las protecciones y nos preparamos para bajar. El terreno estaba bien, pero las piedras mojadas nos aconsejaron quitar mucha presion de las ruedas y vaya cambio! parecia que de repente la bici era una de descenso con muelles...un agarre acojonante, por lo que bajamos fuerte y disfrutamos como niños....como nos quedamos con ganas de más, al llegar abajo subimos otra cuesta (y van...) para bajar por el Dragon Kan, que estaba muy divertido y resbaladizo, donde me marque unos buenos derrapes con la rueda de atras, que como Ramón iba grabando con la cámara china espero que salgan bien, pero me dice que no, que lo pusimos enfocando demasiado al suelo, a la proxima saldran bien

Luego seguimos para abajo por el Orive y el arroyo Pedroches, que sí tenia más barrito chocolatero pero aguado y no se pegaba a las ruedas asi que sin problemas, algun derrape pero bien, y disfrutando del paisaje otoñal



Ibamos salpicados de barro por todas partes pero secos, hasta que al final, en los vadeos del arroyo, éste llevaba unos 40 o 50 cms de profundidad y pudimos vadearlo bien a plato chico, pero al pedalear y bajar el pedal se hundía en el agua, nunca habia pasado en bici con el arroyo tan hondo...asi que nos pusimos los pies bien fresquitos (así tengo hoy el moquillo que tengo)

Acabado el camino lavamos las bicis en un lavadero preparado para bicis como tiene que ser, y todavia nos quedaba atravesar Cordoba de punta a punta hasta donde habiamos dejado el coche, por carril bici y con un chirrido coñazo de mi disco trasero que decia claro que las pastillas estaban ya gastadas hasta el hierro, las salidas con barro y agua desgastan mucho las pastillas...


En fin, un pedazo de ruta estilo Cordobés

2 comentarios:

  1. Oye!, Ramón es el que tiene el café en la mano, el del pañuelo en la cabeza y el cigarrito es un compañero que estaba en el bareto.

    En el descanso del café coincidimos con los "lomeros" y como no el pitu estubo probando to las bicis que vio a mano.

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  2. Hombre Ramón tanto no jeje comprimiendo horquillas un poco porque el tacto ese Marzochi de muelle me pone!

    Y esos amortos con camára de expansion...cremita

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