
Tras una larga espera por mi periodo alérgico y unas horas sin saber si me tocaba niñero o no, por causas electorales (mi mujer estaba de suplente) ya cerca de las 10 am no habia tiempo para ir a la sierra, así que en plan valiente, Rulo y yo, nos decidimos a ir por el camino de la Barranca, aún sabiendo que podia estar anegado de barro.
Recordando viejos tiempos en los que acabábamos bajo los chorros a presión de alguna gasolinera, hemos pasado por dónde hemos podido y hemos llegado como dos cerditos a Ecija. Que pecha de barro...
El principio era engañoso, algunos charcos y poco más, pero a mitad de camino antes de la cuesta....madre!!! barro pegajoso por todos lados, que desastre: las bicis clavadas, los cambios locos, las ruedas de 2,5 por lo menos.... clavadas de pie con hundimiento de 30 cm....eso sí, hemos disfrutado como niños.

Ha sido un recorrido muy intenso y duro para las piernas, pues no se avanzaba con facilidad, el cansancio se nota ahora.
A la vuelta ha tocado limpieza a fondo de bici zapatillas y piernas antes de llegar a casa, que si no me quedo sin bono-bici un par de semanas.
Mañana a engrasar.